24 mar 2014

DIABETES

BLOQUEO FÍSICO: La diabetes es una enfermedad del páncreas, consecuencia de una deficiencia en la función endocrina del páncreas, que se manifiesta como un déficit de insulina.

BLOQUEO EMOCIONAL: El páncreas es la glándula que está ligada al centro energético del plexo solar. Todo problema en esta glándula indica que existe un trastorno en el nivel emocional. 
De hecho, este centro de energía administra las emociones, los deseos y la mente. La persona que padece diabetes es emotiva y a menudo tiene muchos deseos. Es del tipo de persona que desea algo para sí misma y también para todos sus seres queridos. Quiere que todos recbian una rebanada del pastel. Sin embargo, puede ponerse celosa cuando alguien tiene más que ella. 
En general, es una persona muy servicial, pero con muchas expectativas. Actúa con todos como madre y se culpa fácilmente si lo que desea para los demás no se realiza
 Existe en ella una gran actividad mental debida a una búsqueda intensiva de los medios necesarios para dar respuesta a sus expectativas. El hecho de cultivar tantos deseos oculta una tristeza interior que proviene generalmente de un gran deseo de ternura y amor que nunca ha sido satisfecho. 
La diabetes se manifiesta en el niño cuando éste no se siente suficientemente reconocido. Su tristeza le ocasiona un vacío interior que busca una compensación. De este modo intenta llamar la atención.

BLOQUEO MENTAL: Tu diabetes se presenta para advertirte que te sueltes y te des tiempo para dejar que las cosas sucedan en lugar de querer controlarlo todo. Deja de creer que tu misión es disponer la felicidad de todos los que te rodean. Eres el tipo de persona que logra lo que quiere, pero los demás no necesariamente desean las mismas cosas ni en la misma medida que tú.
 Date tiempo para disfrutar las dulzuras de tu vida en su momento, en lugar de distraerte con lo que vas a querer mañana. Hasta ahora has preferido creer que lo que deseas es siempre para los demás. Acepta la idea de que esos deseos son, antes que nada, los tuyos, y luego reconoce todo lo que has obtenido hasta este momento. Acepta también que, aún cuando un gran deseo no se haya realizado en el pasado, ello no te impide apreciar los deseos pequeños que se hacen patentes ahora. 
Si eres un niño diabético, ha llegado el momento de que dejes de creer que eres el hijo perdido de la familia. Eres tú quien debe encontrar tu lugar.

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